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15 dic 2009
Agatha Christie y la Arqueología
5 oct 2009
Amazing Blondel
Hoy quiero dejar de lado, por un ratito, los códices y manuscritos. Les invito a escuchar un poco de música; este artículo ya lo había publicado en mi otro blog, pero igual quiero compartirlo con ustedes porque se trata de una banda inglesa de música folklórica con aires renacentistas. Y de paso amenizamos un poco el blog, no les parece?
Se trata de Amazing Blondel, una banda inglesa de folk progresivo acústico. Está compuesta por Eddie Baird, John Gladwin y Terry Wincott.
A veces se caracteriza su música como "psycho folk" o como rock folclórico medieval. Como ya había dicho al principio, es una música de base renacentista, incluso utilizando los mismos instrumentos de aquella época, como el laúd y la flauta dulce.
John Gladwin y Terry Wincott habían tocado en una banda “eléctrica” chillona llamada Methuselah (Matusalén). Cuando en 1969 dejaron la banda, comenzaron a trabajar en su propio material acústico.
Al principio su material se derivaba de la música folclórica, en sintonía con muchos otros intérpretes de la época. Pero no obstante comenzaron a desarrollar su propio lenguaje musical, influenciado en cierto punto por anteriores “revivalistas” como David Munrow, y por sus memorias de la infancia respecto a la serie de televisión “Robin Hood”, con su banda de sonido pseudo-medieval de Elton Hayes.
La banda recibió el nombre a partir de un personaje llamado Blondel de Nesle, músico de la corte del rey Ricardo I. De acuerdo con la leyenda, cuando Ricardo fue hecho prisionero, Blondel viajó por toda Europa central, cantando en todos los castillos para localizar así al rey y ayudarlo a escapar. El nombre le fue sugerido a la banda por un chef llamado Eugene McCoy, quien escuchó algunas de las canciones y comentó: “Oh, very Blondel!” y así comenzaron a usarlo. Luego se les pidió que agregaran un adjetivo (del estilo, por ejemplo, de The Incredible String Band), y así se conviertieron en “Amazing Blondel”.
Miembros de la banda
John David Gladwin y Edward Baird nacieron y se criaron en Scunthorpe, Lincolnshire; Terence Alan Wincott nació en Hampshire, pero luego se trasladó a Scunthorpe.
Todos ellos eran músicos excelentes. Gladwin cantaba y tocaba: guitarra de doce cuerdas, laúd, contrabajo, theorbo, cítara, tabor y campanas tubulares. Wincott cantaba y tocaba: guitarra de seis cuerdas, harmonium, flauta dulce, ocarina, conga, crumhorn (corno), órgano de tubos, tabor, clavecín, piano, melotrón, bongós y percusión. Baird cantaba y tocaba: laúd, glockenspiel, cítara, dulcimer (dulcémele), guitarra de doce cuerdas y percusión.
Instrumentos
Como ya vimos, Amazing Blondel utilizaba una amplia gama de instrumentos. Pero lo más importante para su sonoridad era el uso de los laúdes y las flautas dulces.
Al realizar giras artísticas, notaron que el laúd resultaba bastante difícil de ejecutar en un escenario (en términos de amplificación y afinación), y en 1971 encargaron la fabricación de guitarras de siete cuerdas, que podían tocarse en la misma afinación que los laúdes. El diseño y la construcción de de estos instrumentos estuvieron a cargo de David Rubio, quien fabricaba guitarras clásicas, laúdes y otros instrumentos antiguos para intérpretes clásicos (incluyendo a Julian Bream y John Williams).
El instrumento de Gladwin fue diseñado para tener un sonido ligeramente más bajo, y se utilizaba principalmente como acompañamiento; mientras que el de Baird tenía un énfasis un poquito más agudo. Los dos instrumentos funcionaban muy bien individualmente, pero también armonizaban increíblemente juntos. Además resultaron ser estables (desde el punto de vista de la afinación) para ejecuciones en el escenario. Finalmente, en las guitarras se incorporaron micrófonos internos para simplificar la amplificación.
Estilo musical
Es muy difícil de encuadrar. La mayor parte de su música fue compuesta por ellos mismos, pero se basaba en la forma y la estructura de la música renacentista. Por ejemplo, presentaban pavanas, galiardas y madrigales. A veces se la describe como “psycho folk”, pero posiblemente les hubiera molestado a los mismísimos miembros de la comunidad psicodélica y la folclórica. Terry Wincott la describía como “música pseudo-Elizabethiana/Clásica acústica cantada con acento británico”. Eddie Baird no tenía la menor idea.
Su música ha sido comparada con la de Gryphon y Pentangle; pero en realidad Amazing Blondel no capturó las influencias del rock (como Gryphon) ni tampoco del jazz (como Pentangle). También se los compara con Jethro Tull.
Para visitar su página: http://www.amazingblondel.com/
Algunos fragmentos musicales: el primero es "Cantus Firmus to Counterpoint", en la Catedral Lincoln, 1972.
Seascape (Amazing Blondel), Noruega, 2004.
Saxon Lady (Amazing Blondel)
21 ago 2009
Sobre la simbología del Diablo
Buenas noches queridos amigos,
Acabo de publicar un artículo sobre la simbología del diablo, pero lo he puesto en la sección "Codex Gigas". Naturalmente, pensé que el tema de la Biblia del Diablo se prestaba para profundizar más sobre la imagen simbólica del diablo, el macho cabrío, el infierno, en la pintura, en la literatura... Así que si lo desean, ya saben: pueden ir a la Sección Codex Gigas, en este mismo blog.
Lo que sí me gustaría aclarar, sin ánimo de herir susceptibilidades, es que se trata simplemente de un artículo en el que hablo (o intento hacerlo) del aspecto simbólico del diablo y sus representaciones relacionadas (macho cabrío, infierno, brujas, etc.). No es mi intención entablar discusiones teológicas, ni hacer cadenas de oraciones ni nada. No se enojen, pero quería aclarar esto.
Muchas gracias, queridos amigos, hasta pronto!!!!!
Acabo de publicar un artículo sobre la simbología del diablo, pero lo he puesto en la sección "Codex Gigas". Naturalmente, pensé que el tema de la Biblia del Diablo se prestaba para profundizar más sobre la imagen simbólica del diablo, el macho cabrío, el infierno, en la pintura, en la literatura... Así que si lo desean, ya saben: pueden ir a la Sección Codex Gigas, en este mismo blog.
Lo que sí me gustaría aclarar, sin ánimo de herir susceptibilidades, es que se trata simplemente de un artículo en el que hablo (o intento hacerlo) del aspecto simbólico del diablo y sus representaciones relacionadas (macho cabrío, infierno, brujas, etc.). No es mi intención entablar discusiones teológicas, ni hacer cadenas de oraciones ni nada. No se enojen, pero quería aclarar esto.
Muchas gracias, queridos amigos, hasta pronto!!!!!
18 jun 2009
Physiologus

El “Physiologus” es una colección de narraciones con fines moralizadores, que utiliza como alegorías figuras de animales. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, apareciendo en la mayoría de las lenguas vernáculas de Europa, igual que en griego (su lengua original) y latín.
Fue la base de los posteriores bestiarios, que se agregaron a las existencias de historias y moralizaciones. Se escribieron muchas versiones, tanto en prosa como en verso. Algunas dejaron de lado las moralizaciones, mientras que otras se expandieron un poco más al respecto.
No se sabe con certeza cuándo y dónde fue escrito, aunque el consenso general admite que probablemente fue producido en Alejandría, en algún momento entre los siglos III y IV. La fecha se basa en las evidencias que se encuentran en el mismo texto y en otras fuentes de por lo menos el siglo V. El lugar se sugiere a raíz de los animales descritos, de los cuales muchos se conocían sobre todo en Egipto.
El texto original, en griego, contenía entre 40 y 48 capítulos. Lamentablemente no sobrevivió ninguna copia manuscrita del texto original; las versiones más antiguas que se conocen son traducciones en latín.
A lo largo de los siglos fue creciendo el número de capítulos. También cambiaron las bestias descritas, se añadieron algunas y se eliminaron otras. Obras de autores tardíos, como Isidoro de Sevilla (obispo del siglo VI-VII), y las de otros autores de textos enciclopédicos (muy populares en la Edad Media), se fusionaron con el Physiologus; el resultado fue un bestiario medieval de los siglos XII y XIII.
A menudo se traduce “Physiologus” como “el naturalista”, pero esto puede resultar un poco engañoso. El Physiologus no es una “historia natural”, del estilo, por ejemplo, de la obra de Plinio el Viejo, del siglo I, “Historia Natural”, o la de Aristóteles: “De Animalium”. La intención de estos autores era describir lo que se conocía como “naturaleza” en aquella época, para difundir el conocimiento objetivo. En cambio, el autor del Physiologus utiliza algunas descripciones de animales, que se encuentran en obras más antiguas, pero su propósito es diferente: las historias van a ilustrar el significado más profundo, el significado explícitamente cristiano, religioso, dogmático, alegórico, que se entendía estaba inserto en la naturaleza.
El Physiologus nunca tuvo la intención de ser un tratado de historia natural. Tampoco la palabra significa simplemente “el naturalista” (al menos como nosotros entendemos el término); sino que hay que interpretarlo en un sentido metafísico, moral, y, finalmente, místico, de la significación trascendente del mundo natural.
Fuente: The Medieval Bestiary
véase el art. en: http://www.bestiary.ca/prisources/psdetail869.htm
24 may 2009
Bestiario Medieval: El Pelícano

Pelícano
Nombre latino: Pelicanus
Otros nombres: Honocrotalus, onocrótalo
Imagen: Museum Meermanno, MMW, 10 B 25, Folio 32r
Atributos generales
Cuando los pelícanos jóvenes crecen, comienzan a atacar a sus progenitores en la cara con sus picos. A pesar de que los pelícanos sienten un gran amor por sus jóvenes, contraatacan y los matan. Después de tres días, la madre atraviesa su costado o su pecho y deja que la sangre caiga sobre las aves muertas, y de esta forma las revive. Algunos dicen que es el pelícano macho el que mata a los jóvenes y luego los reviven con su sangre.
Los pelícanos viven en Egipto. Hay dos clases: una vive en el agua y se alimenta de animales perniciosos como los cocodrilos y los lagartos; la otra clase, con un largo cuello y también un largo pico, emite un sonido parecido al de los asnos, cuando bebe (se llama “onocrotalus”). Algunos sostienen que estas dos clases se distinguen por otros atributos: la que vive en el agua se alimenta de peces, mientras que la que vive en las islas se alimenta de animales “sucios”. El pelícano tiene un hambre insaciable, su estómago no puede alojar comida por mucho tiempo: todo lo que come es inmediatamente digerido.
Alegoría/Moral
El pelícano representa a Cristo, a quien la Humanidad atacó al cometer pecados; el costado abierto del pelícano representa la muerte de Cristo en la cruz y el derramamiento de su sangre para revivirnos. El Bestiario de Aberdeen agrega que el hambre del pelícano significa que “… la vida de un ermitaño está modelada en base a la del pelícano, en el sentido que éste vive del pan pero no busca llenar su estómago; no vive para comer, sino que come para vivir”.
Fuentes (por orden cronológico)
Plinio el Viejo (siglo I d.C.) (Historia Natural, Libro 10, 66): los pelícanos tienen un segundo estómago en el cuello, donde las insaciables criaturas colocan la comida, aumentando su capacidad; más tarde, toman la comida de ese estómago y la pasan al estómago verdadero.
Isidoro de Sevilla (siglo VII d. C.) (Etimologías, Libro 12, 7:26): el pelícano es un ave egipcia que vive en la soledad del río Nilo. Se dice que [aquí Isidoro expresa una cierta duda al respecto] la hembra mata a sus crías y llora por ellos durante tres días, luego se hiere a sí misma y arroja su sangre sobre ellos para revivirlos. (Libro 12, 7:32): tiene un nombre griego (onocrótalos) por su largo pico; hay dos clases, acuática y solitaria.
Guillaume le Clerc (siglo XIII) (Bestiaire): El pelícano es un ave maravillosa que habita en las zonas cercanas al río Nilo. La historia escrita nos dice que hay dos clases, la que vive en el río y come nada más que peces, y la que vive en el desierto y come solamente insectos y gusanos. Hay algo maravilloso sobre el pelícano, nunca la oveja amó tanto a sus corderitos como la hembra del pelícano ama a sus crías. Cuando nace el hijo, los padres le dedican todo el cuidado y el pensamiento para nutrirlo. Pero los jóvenes pelícanos son ingratos, y cuando han crecido lo suficiente, están fuertes y seguros de sí mismos, atacan a picotazos a sus padres en la cara, y él [aquí es el macho], enfurecido por semejante maldad, los mata a todos. Al tercer día, el padre se acerca, profundamente conmovido, con mucha pena y dolor. Con su pico se hiere a sí mismo, en un costado, hasta que la sangre brota. Con la sangre lleva vida nuevamente sobre los cuerpos de sus jóvenes.
Ilustración
La ilustración de los pelícanos está altamente estandarizada, y se encuentra en una gran variedad de escenas, incluyendo manuscritos, esculturas, y tallas en iglesias, como los misericordios. La disposición de la madre pelícano y su cría se llama “el pelícano en su piedad”; consiste en la madre de pie ante sus polluelos muertos (o revividos), con la cabeza inclinada hacia abajo en una grácil curva, para cortar su pecho y gotear sangre sobre sus hijos. En algunas ilustraciones la madre arroja su sangre sobre los polluelos, o los polluelos se estiran para alcanzar las gotas de sangre que caen. Unos pocos manuscritos muestran la historia completa de la madre que mata a sus hijos y luego los revive.
Fuente: The Medieval Bestiary
véase el art. original en: http://www.bestiary.ca/intro.htm
4 may 2009
Bestiarios
En la Edad media, las historias de animales eran inmensamente populares en toda Europa, el norte de África y Medio Oriente. La gente de aquella época, por supuesto, dependía de los animales domésticos y salvajes para su supervivencia, por lo tanto, tenía un interés obvio en los animales que la rodeaban. Pero es algo más que una simple necesidad de conocer a los animales que tenía y que usaba: hay un aspecto espiritual e incluso místico en los animales medievales.
El periodo medieval era intensamente religioso. En Europa occidental, la religión era el cristianismo; en el norte de África y Medio Oriente era principalmente el Islam. Los judíos y su religión se encontraban en todas partes, conviviendo junto con los cristianos y los musulmanes, que a veces los "toleraban", y otras veces no. A pesar de los frecuentes choques entre ellos, las tres religiones están estrechamente vinculadas y comparten muchos de los mismos textos espirituales e históricos. En particular, las tres consideran sagrada a la Biblia Hebrea (o gran parte de ella), llamada el Antiguo Testamento por los cristianos, que contiene muchas referencias a animales.
En el occidente cristiano, comúnmente se creía que el mundo natural, llamado "libro de la naturaleza", había sido organizado así por Dios para proporcionar una fuente de instrucción para la humanidad. Esta idea se basaba, al menos en parte, en versos bíblicos como por ejemplo el del libro de Job: Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; O habla a la tierra, y ella te enseñará; Los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el género humano. (Job 12:7-10).
Se decía que los animales tenían estas características no simplemente por accidente; Dios los había creado con esos rasgos para servir como ejemplos para una conducta adecuada y para reforzar las enseñanzas de la Biblia. De la misma forma en que el pelícano revive a sus jóvenes muertos después de tres días con su propia sangre, Jesús "revivía" a la humanidad con su sangre después de tres días en la tumba. La forma en que la joven abubilla cuida de sus parientes mayores muestra cómo los niños humanos deberían cuidar a los suyos. Igual que las palomas están a salvo de su enemigo el dragón, siempre que se queden en el refugio del árbol peridexion, los cristianos estarán a salvo de su enemigo Satán mientras permanezcan en el refugio de la Iglesia. Como el águila rechaza a cualquiera de sus jóvenes que no pueden mirar inquebrantables al sol, Dios rechazará a los pecadores que no puedan soportar la luz divina. Toda la Creación , se decía, reflejaba al Creador, y solamente aprendiendo sobre el Creador uno podía estudiar la Creación.
Los animales habían sido descritos durante muchos siglos antes de la era cristiana, pero fue el cristianismo el que tomó las historias y las puso en alegorías religiosas. El primer texto conocido que lo hace es el "Physiologus", escrito en griego en Alejandría en el siglo II o tal vez el siglo III de nuestra era. Esta colección de animales tradicionales populares es explícitamente cristiana; describe brevemente a cada animal, y continúa con una interpretación alegórica cristiana. El "Physiologus" era un "best seller" que fue traducido a la mayoría de las principales lenguas de Europa y Asia occidental; se dice que fue el libro más ampliamente difundido en Europa después de la Biblia. A lo largo de los siglos aparecieron muchas variaciones del texto. El texto original del Physiologus, que describía menos de cincuenta animales, siguió evolucionando, acumulando más bestias y más interpretaciones morales. Alrededor del siglo VII, Isidoro de Sevilla escribió sus "Etymologiae", una enciclopedia con una parte sobre animales, derivada de libros de autores Clásicos, como Plinio el Viejo. Cuando el "Physiologus" se combinó con las "Etymologiae" y otros textos, nació el libro que se conoce como "bestiario".
El bestiario, o "libro de las bestias", es más que solo una expansión del Physiologus, aunque tienen mucho en común. El bestiario también describe a una bestia y utiliza su descripción como base para una enseñanza alegórica, pero al incluir textos de otras fuentes va más allá; y si bien todavía no es un "libro de texto de zoología", no es solamente un texto religioso, sino también una descripción del mundo como lo conocemos.
Los bestiarios manuscritos por lo general estaban muy ilustrados, a veces ricamente, como por ejemplo el Bestiario de Harley y el Bestiario de Aberdeen; las pinturas servían como un "lenguaje visual" para el público iletrado, que conocía las historias (los predicadores las usaban en sus sermones) y podía recordar las enseñanzas morales cuando veía a la bestia representada. Las imágenes de los bestiarios se podían encontrar en cualquier parte. Aparecían no solamente en los bestiarios, sino también en manuscritos de toda clase; en iglesias y monasterios, talladas en piedra adentro y afuera, y en madera en los "misericordios" medievales y otros muebles decorados; pintados en muros y trabajados en mosaicos, y también tejidos en tapices.
Esta abundancia de imágenes de animales a algunos no les gustó. San Bernardo de Clairvoux, en su "Apología" de alrededor de 1127, dice: "¿Qué beneficios hay en esos ridículos monstruos, en ese maravilloso y deforme atractivo, en esa atractiva deformidad? ¿Con qué propósito están esos sucios monos, esos feroces leones, aquellos monstruosos centauros, aquellos medios-hombres, los tigres rayados, los caballeros luchando, los cazadores tocando sus cuernos? Se ven varios cuerpos bajo una sola cabeza, o también muchas cabezas en un solo cuerpo. Aquí hay una bestia de cuatro patras con la cola de una serpiente; allí un pez con la cabeza de una bestia. Otra vez aquí el frente de un caballo arrastra por detrás media cabra, o una bestia con cuernos lleva los cuartos traseros de un caballo. En resumen, son tantas y tan maravillosas las variedades de formas en cada mano que estamos más tentados de leer en el mármol que en nuestros libros, y pasar el día maravillándonos de estas cosas en vez de meditar sobre la ley de Dios. ¡Por Dios! Si el hombre no se avergüenza de estas locuras, por qué, por lo menos, no se ahorra el gasto?"
Las ilustraciones medievales por lo general no son "realistas"; en muchos casos, el artista tal vez nunca había visto un ejemplar de tal bestia, incluso de las que no eran fabulosas. Así que los ilustradores medievales europeos a menudo dibujaban un cocodrilo como una bestia parecida a un perro; la ballena era un pez grande, a escala; la avestruz con pezuñas, y muchas serpientes con patas y/o con alas. Para dibujar un animal desconocido, el ilustrador se basaban en descripciones escritas o en otras ilustraciones o grabados que había visto. Muchos manuscritos tienen pinturas muy particulares de animales debido a la absoluta falta de habilidad del ilustrador, quien podría haber sido el monje más artístico del monasterio, pero no era un artista en serio. Otros manuscritos sólo pueden ser descritos como obras de arte, con magníficas pinturas en varios colores, con un abundante uso del dorado (oro).
Cuando se trata de animales fabulosos, como el unicornio, el dragón o el grifo, el ilustrador no tenía más remedio que seguir las descripciones de pinturas o descripciones anteriores. El hecho de si las personas de la Edad Media creían o no en la existencia de estas criaturas, es bastante discutible. Algunos lo creían, plenamente (como lo hacen todavía hoy en día), mientras que otros las reconocían como producto de la imaginación humana. En el caso de las criaturas fabulosas mencionadas en la Biblia (como los unicornios y los dragones), el problema se complica; si la Biblia es reconocida como la palabra verdadera de Dios, todos los animales mencionados tienen que existir, indudablemente. A esto hay que agregarle la dependencia medieval en, y la creencia en la veracidad de, los escritos de antiguas autoridades como por ejemplo Plinio y Aristóteles, quienes claramente dicen que estas bestias existen "en el Oriente" o "en Etiopía", donde otros proclamaban haberlas visto. En todo caso, si las bestias existían o no, no importa: eran tan adecuadas como vehículos de enseñanza moral y religiosa como los animales mundanos de los campos y los bosques europeos.
Una gran cantidad de bestiarios manuscritos están escritos en Latín, que en la Edad Media era la lengua común de los eruditos y los clérigos; pero hay muchos también escritos en lenguas vernáculas, principalmente el francés. El bestiario en latín fue principalmente un producto de Inglaterra, aunque unos pocos se escribieron en otras partes, como Francia. Sus autores o compiladores son desconocidos, pero hay varios grupos distintivos o "familias" de manuscritos. En Francia, aparecieron varios bestiarios vernáculos, en varios dialectos de lo que ahora es el idioma francés, y en estos casos el autor por lo general nos da su nombre. Gervaise escribió su "Bestiaire" en el dialecto normando aproximadamente a comienzos del siglo XIII, igual que Guillaume le Clerc; Philippe de Thaon escribió un bestiario en dialecto anglo-normando alrededor del año 1121. A principios del siglo XIII, Pierre de Beauvois escribió sus dos versiones de un "Bestiaire" francés en prosa. Todavía se conservan varias copias de los bestiarios franceses.
En los siglos XIII y XIV apareció una serie de enciclopedias, de escritores como Jacbo van Maerlant, Konrad von Megenberg, Thomas de Cantimpré, Labert de Saint-Omer, Bartholomeus Angelicus, y Hrabanus Maurus, entre otros. Estos textos no son bestiarios; si bien normalmente contienen algunos materiales de bestiarios, por lo general no los usan alegóricamente. Todos tienen secciones sobre bestias, pájaros, peces y serpientes, pero también cubre el rango completo del conocimiento de aquella época, en categorías que hoy las reconocemos como teología, filosofía, medicina, astronomía, cronología, zoología, botánica, geografía y mineralogía. Los autores de las enciclopedias copiaban materiales de otros autores, y de enciclopedistas anteriores como Isidoro de Sevilla y Plinio el Viejo, así como también de Aristóteles, Ptolomeo y muchos otros. Las enciclopedias, escritas en latín, en alemán, y en francés, eran muy populares; todavía se conservan cientos de copias manuscritas.
Una parte de la tradición medieval no era religiosa del todo, aunque tenía a veces un mensaje moral. Las fábulas de Esopo eran muy bien conocidas, al igual que muchas otras fábulas moralizadoras que involucraban animales. Una de las series de fábulas más populares era la de Reynard el Zorro, la figura "tramposa" de la Edad Media. Reynard ciertamente no era ningún ejemplo de vida correcta; las historias lo presentan como un intrigante, un mentiroso, un ladrón y un asesino, pero siempre al final se sale con la suya, por lo general a un alto costo para los que lo rodean. Las historias de Reynard eran particularmente populares en los Países Bajos, Alemania y Francia, donde se produjeron algunas versiones vernáculas.
Fuente: The Medieval Bestiary: Animals in the Middle Ages
véase el art. en: http://bestiary.ca/
Algunas bestias

Nombre latino: Pelicanus
Otros nombres: Honocrotalus
Revive a sus jóvenes muertos con su propia sangre.
Hoopoe

Nombre latino: Hupupa
Otros nombres: Epopus, Hupe,
Hupelot, Upupa
Los más jóvenes cuidan de sus
familiares mayores.
Otros nombres: Colum, Coulumpe,
Coulon, Culvour.
Hay un significado según cada color de las palomas.
Nombre latino: Drago
La serpiente más grande sobre la Tierra.

Peridexion
Nombre latino: Peredixion
Otros nombres: Circa dexteram, Environ destre, Paradixion, Pendens, Perindens
Un árbol en la India que atrae a las palomas y repele a los dragones.

Nombre latino: Aquila
Otros nombres: Aigle, Aille, Aisgle, Aygle, Égle
Tiene ojos tan fuertes que puede mirar al sol directamente.
17 nov 2008
Manuscritos de Timbuctú
Corán del siglo XII. Timbuctú. Fotos de: Candace Feit, para el New York Times.


Donde las grandes arenas del Sahara se encuentran con las sabanas del Norte de Africa, se encuentra la legendaria ciudad de Timbuctú. Un destino místico, Timbuctú no es más que un espejismo para la mayoría de la gente. Pero desde el siglo XII, Timbuctú ha sido un lugar prohibido y uno de los centros más nobles de enseñanza islámica y comercio dentro de la sociedad musulmana. Sin embargo, desde fines de los años del 1800 la importancia de la ciudad ha declinado, empujada a los bordes arenosos del desierto del Sahara y a la imaginación del folclore del Nuevo Mundo.
A partir del siglo XII, Timbuctú se empezó a convertir en uno de los grandes centros de enseñanza en el mundo islámico. Eruditos y estudiantes viajaban desde tan lejos como El Cairo, Bagdad, y otros lugares de Persia, para estudiar con los manuscritos encontrados en Timbuctú. Respetados eruditos que enseñaban en Timbuctú eran considerados embajadores de la paz en todo el Norte de Africa.
Una parte integral de la historia de Timbuctú siempre fue el comercio (el intercambio de sal que proviene del corazón del desierto del Sahara). Hasta nuestros días, las caravanas de camellos cargados de sal, también conocida como el “oro del desierto”, viajan a Timbuctú, hoy Mali, al Oeste de Africa, donde la sal se vende en mercados de las ciudades de Mopti, Djenné (en las orillas del Río Niger), y más allá.
Desde el siglo XII, acompañando a las caravanas de camellos estaban los intrépidos eruditos de la enseñanza islámica, trayendo con ellos a lo largo del tiempo cientos de miles de manuscritos. Estos textos resaltaban las grandes enseñanzas del Islam durante la Edad Media. Estos manuscritos sagrados abarcaban una gran variedad de temas: astronomía, medicina, matemáticas, química, jurisprudencia, gobierno, y resolución de conflictos islámicos. El estudio islámico durante este periodo de la historia humana, cuando la evolución intelectual se había estancado en el resto de Europa, estaba creciendo, evolucionando, y abriendo nuevos caminos en los campos de la ciencia, las matemáticas, la astronomía, las leyes, y la filosofía, dentro del mundo musulmán.
En el siglo XIV, los “embajadores de la paz” concentrados alrededor de la Universidad de Timbuctú crearon campus escolares itinerantes (ciudades universitarias) y escuelas de enseñanza religiosa que viajaban entre las ciudades de Timbuctú, Gao y Djenné, ayudando a servir como modelo de gestión pública pacífica en una región plagada de conflictos tribales.
En su momento más alto, más de 25.000 estudiantes asistían a la Universidad de Timbuctú.
Sin embargo, a principios del siglo XVII, con las invasiones marroquíes desde el norte, los estudiosos de Timbuctú comenzaron lentamente a alejarse y estudiar en otros lados. Como resultado, los manuscritos sagrados de la ciudad comenzaron a arruinarse. Si bien las enseñanzas islámicas continuaron allí por otros trecientos años, la mayor declinación en el estudio escolar ocurrió a partir de la colonización francesa de la actual Mali a fines de la década de 1890.
Hoy en día, Timbuctú todavía conserva el encanto de su nombre. Pero es evidente que se ha hundido en los bordes del desierto como un polvoriento puesto que mantiene desafiante el título de portal del místico Sahara.
Bajo los callejones arenosos y dentro de casas de adobe se encuentran las colecciones privadas de manuscritos sagrados que datan de hace más de 600 años. El Ahmed Baba Research Center alberga la colección más grande. Algunos estudiosos estiman que hay más de 700.000 manuscritos guardados en todas las colecciones en Timbuctú.
Con las presiones de la pobreza, una serie de sequías, y una rebelión tribal tuareg en Mali que duró más de diez años, los manuscritos continúan desapareciendo en el mercado negro, donde se venden ilegalmente a coleccionistas privados y universidades de Europa y Estados Unidos.
No obstante, gracias a los esfuerzos del Timbuktu Heritage Institute, los manuscritos de Timbuctú están comenzando a ser re- catalogados, preservados, y protegidos contra el robo.
Issa Mohammed, presidente del Timbuktu Heritage Institute, afirma: “Al detener el tráfico ilegal, no solamente estamos preservano la herencia de Timbuctú, del mundo islámico, y de Africa, sino que estamos preservando un mensaje de amor, paz, y convivencia en un mundo pluri- cultural”.
Hoy, Timbuctú, designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en una encrucijada. Olvidada durante siglos en las arenas del desierto del Sahara, el rico legado de Timbuctú de sus manuscritos sagrados podría suponer un tesoro en el corazón de la historia africana.
Galería de Imágenes
A partir del siglo XII, Timbuctú se empezó a convertir en uno de los grandes centros de enseñanza en el mundo islámico. Eruditos y estudiantes viajaban desde tan lejos como El Cairo, Bagdad, y otros lugares de Persia, para estudiar con los manuscritos encontrados en Timbuctú. Respetados eruditos que enseñaban en Timbuctú eran considerados embajadores de la paz en todo el Norte de Africa.
Una parte integral de la historia de Timbuctú siempre fue el comercio (el intercambio de sal que proviene del corazón del desierto del Sahara). Hasta nuestros días, las caravanas de camellos cargados de sal, también conocida como el “oro del desierto”, viajan a Timbuctú, hoy Mali, al Oeste de Africa, donde la sal se vende en mercados de las ciudades de Mopti, Djenné (en las orillas del Río Niger), y más allá.
Desde el siglo XII, acompañando a las caravanas de camellos estaban los intrépidos eruditos de la enseñanza islámica, trayendo con ellos a lo largo del tiempo cientos de miles de manuscritos. Estos textos resaltaban las grandes enseñanzas del Islam durante la Edad Media. Estos manuscritos sagrados abarcaban una gran variedad de temas: astronomía, medicina, matemáticas, química, jurisprudencia, gobierno, y resolución de conflictos islámicos. El estudio islámico durante este periodo de la historia humana, cuando la evolución intelectual se había estancado en el resto de Europa, estaba creciendo, evolucionando, y abriendo nuevos caminos en los campos de la ciencia, las matemáticas, la astronomía, las leyes, y la filosofía, dentro del mundo musulmán.
En el siglo XIV, los “embajadores de la paz” concentrados alrededor de la Universidad de Timbuctú crearon campus escolares itinerantes (ciudades universitarias) y escuelas de enseñanza religiosa que viajaban entre las ciudades de Timbuctú, Gao y Djenné, ayudando a servir como modelo de gestión pública pacífica en una región plagada de conflictos tribales.
En su momento más alto, más de 25.000 estudiantes asistían a la Universidad de Timbuctú.
Sin embargo, a principios del siglo XVII, con las invasiones marroquíes desde el norte, los estudiosos de Timbuctú comenzaron lentamente a alejarse y estudiar en otros lados. Como resultado, los manuscritos sagrados de la ciudad comenzaron a arruinarse. Si bien las enseñanzas islámicas continuaron allí por otros trecientos años, la mayor declinación en el estudio escolar ocurrió a partir de la colonización francesa de la actual Mali a fines de la década de 1890.
Hoy en día, Timbuctú todavía conserva el encanto de su nombre. Pero es evidente que se ha hundido en los bordes del desierto como un polvoriento puesto que mantiene desafiante el título de portal del místico Sahara.
Bajo los callejones arenosos y dentro de casas de adobe se encuentran las colecciones privadas de manuscritos sagrados que datan de hace más de 600 años. El Ahmed Baba Research Center alberga la colección más grande. Algunos estudiosos estiman que hay más de 700.000 manuscritos guardados en todas las colecciones en Timbuctú.
Con las presiones de la pobreza, una serie de sequías, y una rebelión tribal tuareg en Mali que duró más de diez años, los manuscritos continúan desapareciendo en el mercado negro, donde se venden ilegalmente a coleccionistas privados y universidades de Europa y Estados Unidos.
No obstante, gracias a los esfuerzos del Timbuktu Heritage Institute, los manuscritos de Timbuctú están comenzando a ser re- catalogados, preservados, y protegidos contra el robo.
Issa Mohammed, presidente del Timbuktu Heritage Institute, afirma: “Al detener el tráfico ilegal, no solamente estamos preservano la herencia de Timbuctú, del mundo islámico, y de Africa, sino que estamos preservando un mensaje de amor, paz, y convivencia en un mundo pluri- cultural”.
Hoy, Timbuctú, designada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se encuentra en una encrucijada. Olvidada durante siglos en las arenas del desierto del Sahara, el rico legado de Timbuctú de sus manuscritos sagrados podría suponer un tesoro en el corazón de la historia africana.
Galería de Imágenes
1. Mapa de la actual Mali.

2. Un vendedor de sal, de pie ante la famosa mezquita Songha, de Timbuctú, en Mali.

3. Un pastor de camellos marca una losa de sal, que se descarga de una caravana de camellos en Timbuctú, Mali. Este precioso producto es transportado 800 kilómetros a través del desierto del Sahara, desde su fuente en Taudeni.

4. Un musulmán lee el Corán. Mezquita de Songha, Mali.

5. El guía de la expedición Issa Mohammed, con un manuscrito de 500 años de antiguedad.

Traducido de: Reclaiming the Ancient Manuscripts of Timbuktu. Chris Rainier. National Geographic News, May 27, 2003´
véase el art. original en: http://news.nationalgeographic.com/news/2003/05/0522_030527_timbuktu.html
31 oct 2008
La Gran Biblioteca
Esta biblioteca, por supuesto, fue la Gran Biblioteca de Alejandría, una biblioteca pública abierta a todos aquellos que contaran con la adecuada preparación académica y calificaciones literarias, fundada alrededor del año 300 a. C.
Cuando el rey de Egipto, Ptolomeo I (305-282 a. C.) preguntó “¿Cuántos rollos tenemos?”, Demetrius de Phalerum, discípulo de Aristóteles, estaba listo para responderle con una cuenta en la mano. Después de todo, fue Demetrius quien había sugerido establecer una biblioteca universal para reunir copias de todos los libros del mundo. Ptolomeo y sus sucesores querían conocer y comprender al pueblo bajo su reinado, y albergaron obras latinas, budistas, persas, hebreas y egipcias (traducidas al griego).
El objetivo más noble de la biblioteca era recolectar medio millón de rollos, y los Ptolomeos tomaron medidas serias para lograrlo. Por ejemplo, Ptolomeo I compuso una carta para todos los soberanos y gobernadores que conocía, implorándoles que “no dudaran en enviarle” obras de autores de todo tipo. 

Los Ptolomeos se involucraron en ciertos métodos de adquisición poco ortodoxos. Algunas historias cuentan que a los pasajeros que llegaban a Alejandría les confiscaban todos los libros que no estuvieran ya en la Biblioteca. Otra historia narra cómo Ptolomeo III (246-222 a.C.) engañó a las autoridades atenienses cuando les pidió prestado (para copiarlos) manuscritos originales de Esquilo, Sófocles y Eurípides, utilizando plata como garantía [plata, metal, no dinero]. Ptolomeo se quedó con los originales y envió de regreso las copias, permitiendo que las autoridades se quedaran con la plata.
Medios más tradiciones incluían la compra de libros en los mercados de Atenas, Rodas y otras ciudades mediterráneas. Las copias más antiguas eran las adquisiciones favorecidas; a más antigua la copia, mejor era, dado que se consideraba más digna de confianza. A esta altura, la biblioteca contaba con casi 750.000 rollos. Tiene que haber habido duplicados, ya que no había tantas obras.
Gran parte de lo que ahora se considera la erudición literaria comenzó en la Biblioteca de Alejandría. Los fondos provenientes del tesoro real pagaban al bibliotecario jefe y su equipo académico. Físicamente, los libros no eran del estilo que conocemos hoy, sino más bien rollos, principalmente de papiro, pero también a veces de cuero. Se guardaban en casilleros con títulos escritos en etiquetas de madera colgadas de sus extremos.
Incendios y depredaciones durante la época romana gradualmente destruyeron la Biblioteca. Cuando Julio César ocupó Alejandría en el 48 a. C., Cleopatra le pidió que ayudara él mismo a los libros. Obligado, envió decenas de miles a Roma. Se rumoreaba que Marco Antonio le había dado a Cleopatra la colección de 200.000 rollos de la biblioteca de Pérgamo, su rival, para reemplazar las pérdidas de Alejandría.
Gracias a la Gran Biblioteca, Alejadría asumió su posición como la capital intelectual del mundo, y proporcionó un modelo a seguir por las futuras bibliotecas.
traducido de: Survivor: The History of the Library. Barbara Krasner-Khait checks out the story of the library.
véase el art. original en: History Magazine: http://www.history-magazine.com/libraries.html
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20 oct 2008
Historia de las Bibliotecas: Introducción
La colección del conocimiento escrito en una forma de repositorio es una práctica tan antigua como la civilización misma. Aproximadamente unas 30.000 tabletas de arcilla encontradas en la antigua Mesopotamia se remontan a más de 5000 años. Los arqueólogos han descubierto rollos de papiro de entre los años 1300 y 1200 a. C. en las antiguas ciudades egipcias de Amarna y Tebas, y miles de tabletas de arcilla en el palacio del rey Senaquerib, gobernante asirio entre los años 704 y 681 a. C., en Nínive, su ciudad capital. Aparecieron aún más pruebas con el descubrimiento de la colección personal del nieto de Senaquerib, el rey Assurbanipal.
El repositorio finalmente se convirtió en biblioteca. Ya sea pública o privada, la biblioteca ha sido fundada, construida, destruida y nuevamente construida. La biblioteca, defendida frecuentemente, ha sido una sobreviviente a lo largo de su historia, y sirve como un testamento para la sed del conocimiento.

La alfabetización construye bibliotecas
Las primeras colecciones pueden haber surgido del Cercano Oriente, pero los antiguos griegos propagaron la idea a través de su enorme interés en la alfabetización y la vida intelectual. Las bibliotecas públicas y privadas florecieron en un proceso muy bien establecido: los autores escribían sobre una gran variedad de temas, los “scriptoria” o salas de copiado (1) producían los libros, y los distribuidores los vendían. El copiado de libros era una empresa exigente y con alta demanda, debido a que la “fiabilidad” de un libro se traducía en calidad. Un decreto ateniense pedía un repositorio de copias “confiables”. Aunque la biblioteca pública apareció por primera vez en el siglo IV a. C., la biblioteca privada era más común. Aristóteles, por ejemplo, desarrolló una gran colección privada. El antiguo geógrafo Estrabón dijo sobre Aristóteles que “fue el primero en reunir una colección de libros y en enseñarles a los reyes de Egipto cómo organizar una biblioteca”.
La forma dicta la función
Durante la mayor parte de su historia, el término “libro” se refiere a obras escritas en papiro y algunos rollos de pergamino. A partir del siglo II, la literatura, la ciencia y la información técnica se registraban en tabletas de madera apiladas y atadas. Estas tabletas, llamadas códices, provienen de una práctica de siglos de uso de tablas de madera para tomar notas. Estos códices nuevos y durables reemplazaron de forma gradual a los frágiles rollos. No obstante, los rollos siguieron utilizándose para los documentos de archivo. El pergamino finalmente reemplazó a las tablas de madera.
La forma del nuevo códice impactó en el almacenamiento de los libros. Los códices se guardaban de forma horizontal en los estantes, y sus hojas estaban cubiertas. Las bibliotecas tuvieron que encontrar la forma de guardar tanto los rollos como los códices. Las nuevas bibliotecas que surgieron en la Edad Media en iglesias, escuelas y monasterios se preocupaban solamente por el códice.
Nota de la traductora (sí, mía)

(1) La palabra “scriptorium” (plural “scriptoria”) proviene del latín medieval script-, scribere (escribir). Literalmente significa “lugar para escribir”. El scriptorium se refiere a una sala en los monasterios medievales europeos dedicada al copiado de manuscrito por parte de los escribas monásticos. Un scriptorium necesariamente estaba adjunto a una biblioteca; donde quiera que hubiera una biblioteca, podía suponerse normalmente que había un scriptorium.
Cuando las bibliotecas monásticas y los scriptoria surgieron a principios del siglo VI (los primeros escritos monásticos europeos datan del año 517), definieron la cultura literaria europea y preservaron selectivamente la historia literaria de Occidente. Los monjes copiaron la Vulgata (traducción de la Biblia al Latín vulgar) de San Jerónimo, y los comentarios y cartas de los primeros Padres de la Iglesia con propósitos misioneros, así como para su uso dentro del monasterio.
Los productos del scriptorium proporcionaban un valioso medio de intercambio. Dentro del scriptorium, había una división del trabajo entre los monjes que preparaban el pergamino para copiarlo, alisando su superficie y poniéndole tiza, otros que copiaban el texto, y otros que lo iluminaban. A veces un solo monje participaba en estas tres etapas.
Las tradiciones individuales de los scriptoria se desarrollaron en un aislamiento parcial, hasta el punto que los paleógrafos modernos aprenden a identificar el producto de cada scriptorium y datarlo comparándolo con otras producciones datables de ese scriptorium. Al mismo tiempo, las comparaciones de la “mano” característica de los scriptoria revelan conexiones sociales y culturales entre ellos, como por ejemplo manuscritos que pasaron de una biblioteca a otra.
La iluminación de los manuscritos, trabajada en colaboración con los escribas, es una variedad de interacción intrincada que excluye todo patrón simple de producción monástica de manuscritos.
Traducido de: Survivor: The History of the Library. Barbara Krasner-Khait checks out the story of the library. (excepto la nota de la traductora)
véase el art. original en: http://www.history-magazine.com/libraries.html
6 oct 2008
Orígenes del Libro: Sumer
Los primeros libros de la historia de la humanidad aparecieron en semiárida región de Sumer, en el mítico Cercano Oriente, en Mesopotamia (hoy el sur de Irak), entre los cauces de los ríos Éufrates y Tigris, hace aproximadamente 5300 años.
Pero estos mismos libros comenzaron a desaparecer casi de inmediato, por varias razones: su frágil material (la arcilla), los desastres naturales, y la mano violenta del hombre.
Este deterioro fue muy lento y provocado:
1. Las guerras entre las ciudades- estado ocasionaban incendios, y en medio del fragor de los combates las tablillas se caían de sus estantes de madera y se partían en pedazos o quedaban ilegibles.
2. Otro elemento destructivo fue la técnica de reciclamiento: las tablillas dañadas se utilizaban para construir ladrillos o pavimentar ciudades.
3. Por otra parte, el agua fue un elemento muy perjudicial: las inundaciones causadas por los ríos Tigris y Éufrates acabaron con poblados enteros y, por supuesto, con sus archivos y bibliotecas.
2. Otro elemento destructivo fue la técnica de reciclamiento: las tablillas dañadas se utilizaban para construir ladrillos o pavimentar ciudades.
3. Por otra parte, el agua fue un elemento muy perjudicial: las inundaciones causadas por los ríos Tigris y Éufrates acabaron con poblados enteros y, por supuesto, con sus archivos y bibliotecas.
Estos factores aceleraron el desarrollo de medios más eficaces para preservar los textos.
Los sumerios creían en el origen sobrenatural de los libros:
1. Atribuían a Nidaba, la diosa de los cereales, su invención.
2. Leyenda de Enmekar (h. 2750 a. C.), rey de la ciudad de Uruk, héroe respetado y temido:
fue condenado a beber agua putrefacta en el Infierno por no haber dejado escritas sus hazañas.
3. Otro mito habla de un rey de Uruk que decidió inventar la escritura porque uno de sus mensajeros hizo un viaje muy largo, y al llegar a destino estaba tan cansado que no pudo decir nada. Desde entonces se consideró más adecuado enviar por escrito los mensajes.
Los escribas
Los escribas, una casta de funcionarios palaciegos, oraban a la diosa Nidaba antes y después de escribir. Formaban una escuela que transmitía los secretos de los signos a través de una religión secundaria. Tenían la disciplina de la magia, y el ascenso en su casta suponía un largo aprendizaje. Conocían de memoria la flora, la fauna, y la geografía de su tiempo, además de las matemáticas y la astronomía.
El primer grado era el de “dub-sar” (escriba), seguía (después de varios años de ejercer el oficio) el de “ses-gal” (gran hermano), y se culminaba con un “um-mi-a” (maestro). Este grado liberaba al escriba de toda culpa.
Los zigurats o templos escalonados de Sumer se construyeron con el mismo material con el que se fabricaron los primeros libros: arcilla. Ambos tenían que ser útiles o mágicos. Los templos eran depósitos y fomentaban la administración puntual de la ciudad; los libros eran una metáfora del templo.
Bibliografía
Fernando Báez: Historia Universal de la destrucción de libros: de las tablillas sumerias a la guerra de Irak. Destino / Imago Mundi, (falta completar cita)
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