18 jun 2009

Physiologus



El “Physiologus” es una colección de narraciones con fines moralizadores, que utiliza como alegorías figuras de animales. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, apareciendo en la mayoría de las lenguas vernáculas de Europa, igual que en griego (su lengua original) y latín.

Fue la base de los posteriores bestiarios, que se agregaron a las existencias de historias y moralizaciones. Se escribieron muchas versiones, tanto en prosa como en verso. Algunas dejaron de lado las moralizaciones, mientras que otras se expandieron un poco más al respecto.

Como el verdadero autor del Physiologus griego no se conocía con exactitud, se lo atribuyeron a varios escritores griegos y latinos (de la Iglesia Cristiana) en la Edad Media, incluyendo a Epifanio, Pedro de Alejandría, Basilio, Juan Crisóstomo, Athanasius, Ambrosio, y San Jerónimo. Incluso llegó a decirse que algunos autores pre-cristianos, como Salomón y Aristóteles, habían escrito algunas de sus partes.

No se sabe con certeza cuándo y dónde fue escrito, aunque el consenso general admite que probablemente fue producido en Alejandría, en algún momento entre los siglos III y IV. La fecha se basa en las evidencias que se encuentran en el mismo texto y en otras fuentes de por lo menos el siglo V. El lugar se sugiere a raíz de los animales descritos, de los cuales muchos se conocían sobre todo en Egipto.

El texto original, en griego, contenía entre 40 y 48 capítulos. Lamentablemente no sobrevivió ninguna copia manuscrita del texto original; las versiones más antiguas que se conocen son traducciones en latín.

A lo largo de los siglos fue creciendo el número de capítulos. También cambiaron las bestias descritas, se añadieron algunas y se eliminaron otras. Obras de autores tardíos, como Isidoro de Sevilla (obispo del siglo VI-VII), y las de otros autores de textos enciclopédicos (muy populares en la Edad Media), se fusionaron con el Physiologus; el resultado fue un bestiario medieval de los siglos XII y XIII.

A menudo se traduce “Physiologus” como “el naturalista”, pero esto puede resultar un poco engañoso. El Physiologus no es una “historia natural”, del estilo, por ejemplo, de la obra de Plinio el Viejo, del siglo I, “Historia Natural”, o la de Aristóteles: “De Animalium”. La intención de estos autores era describir lo que se conocía como “naturaleza” en aquella época, para difundir el conocimiento objetivo. En cambio, el autor del Physiologus utiliza algunas descripciones de animales, que se encuentran en obras más antiguas, pero su propósito es diferente: las historias van a ilustrar el significado más profundo, el significado explícitamente cristiano, religioso, dogmático, alegórico, que se entendía estaba inserto en la naturaleza.

El Physiologus nunca tuvo la intención de ser un tratado de historia natural. Tampoco la palabra significa simplemente “el naturalista” (al menos como nosotros entendemos el término); sino que hay que interpretarlo en un sentido metafísico, moral, y, finalmente, místico, de la significación trascendente del mundo natural.
Fuente: The Medieval Bestiary